17 oct 2011

TENGO MUCHOS AMIGOS

La riqueza dentro de la iglesia católica


Quisiera comunicarles la alegría de saber que tengo muchos amigos que comparten su saber y su experiencia espiritual, que me ayudan cuando tengo problemas, cuando surgen las dudas, cuando tengo miedo, o simplemente me encuentro feliz.

¿Sabías que tú también puedes contar con ellos? Estos amigos te ayudan a orar, te dan caminos para acercarte a Dios. Estos caminos son de diversas formas y vertientes, marcadas por una espiritualidad ya sea sencilla o bien estructurada pero posible de llevarse; en ocasiones acompañadas de grandes y profundos escritos, hasta la belleza de poesías que muestran el gran amor a nuestro Señor.

Estos verdaderos amigos se encuentran dentro de las riquezas que tiene nuestra Iglesia Católica, y son nuestros santos. Ellos son un ramillete de flores de diferentes formas, colores, olores pero todos reflejan en su vivencia al amor verdadero. Y son tantos que es difícil poderlos mencionar a todos, así que por el momento solo les contaré de una amiga que últimamente está muy presente en mi vida, ella es Santa Teresa de Ávila.

Santa Teresa es una gran mujer dentro de la historia, una mujer con gran personalidad, de un carácter fuerte y con la capacidad de plasmar en sus escritos un pensamiento profundo y congruente.

Tiene varios escritos muy importantes; entre los que destacan “El camino de perfección” y “El castillo interior”. Es en este último, que puede considerarse que escrito para instrucción de todos los cristianos, en el que se muestra mejor como verdadera doctora de la vida espiritual.

Esta amiga, viéndome en un momento de debilidad, con sutileza me empezó a decir: Nada te turbe , Nada te espante, todo se pasa. Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza. Quien a Dios tiene, nada le falta. Solo Dios basta. Una gran paz llegó a mi corazón con la certeza de que sólo Dios basta.

Verdades que Santa Teresa manifiesta con gran certeza en la palabra y hermosamente conjugadas llegan a mí hasta el corazón en una oración profunda ¿Que más buscar, que más necesitar? Sólo Dios basta.

Este poema de Santa Teresa es conocido en su versión breve, pero sólo en su versión completa se podrá leer y apreciar su belleza y profundidad. Para que lo disfruten y mediten, a continuación lo reproduzco:


Nada te turbe, nada te espante.
Todo se pasa. Dios no se muda.
La paciencia todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene, nada le falta.
Solo Dios basta.

Eleva el pensamiento, al cielo sube,
por nada te acongojes, nada te turbe.
A Jesucristo sigue con pecho grande,
Y, venga lo que venga,
nada te espante.

¿Ves la gloria del mundo?
Es gloria vana.
Nada tiene de estable,
todo se pasa.
Aspira a lo celeste, que siempre dura;

Fiel y rico en promesas, Dios no se muda.
Ámala cual merece
Bondad inmensa;
Pero no hay amor fino
sin la paciencia.

Confianza y fe viva
mantenga el alma,
que quién cree y espera
todo lo alcanza.

Del infierno acosado
aunque se viere,
burlará sus furores
quien a Dios tiene.
Véngale desamparo,
cruces, desgracias;
siendo Dios su tesoro,
nada le falta.

Id, pues bien del mundo;
id, dicha vana,
Aunque todo lo pierda,
sólo Dios basta.






Santa Teresa, una amiga que enriquece y que está presente y vigente en nuestros tiempos.

En otra ocasión les comentaré de otros de nuestros amigos los santos.

Aitana

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