23 abr 2012

Día del libro


Necesitamos aprender de nuestra fe y los libros son una excelente forma de acercarnos al conocimiento.

Dice el Señor:
Mi pueblo no tiene conocimiento,  por eso ha sido destruido
Oseas 4:6

Los libros pueden ser grandes medios de evangelización o tener influencia muy negativa sobre nosotros. Aprendamos sobre libros que formen,  que nos instruyan en el camino de verdad.   

La lectura es como el alimento; el provecho no está en proporción de lo que se come, sino de lo que se digiere. Padre Jaime Balmes  

A continuación transcribo algunas Máximas de Don Bosco sobre la lectura.

No leáis cualquier clase de libros, escoged los convenientes a vuestra edad, dejad los que pueden ser peligrosos para vuestra salud moral (VII, 292).

No leáis libros de cuya moralidad no estéis seguros, sin antes consultar a quien os pueda dar un justo criterio (XII, 149).

Si estimas vuestra fe, si apreciáis la salud del alma no leáis ningún libro, si antes no fuera aprobado por el confesor o por otra persona conocida y de acrisolada piedad, observad esto bien. (VII, 292).

El veneno es menos dañino para la juventud que los libros malos. En nuestros días, son más peligrosos aún porque abundan los disfrazados de religiosidad   (VII, 292).

Huid de las lecturas malsanas como de la peste (III, 176).

Para conservar la pureza, guardaos de toda clase de lecturas malas; también de las indiferentes, pues pueden ser de peligro para vuestra alma. (VI, 8).

Y recuerda
Tú vida puede ser la única Biblia que muchos lean.  Dichos de luz (185).

12 abr 2012

Vivencia

De verdad que los seres humanos somos mucho más complicados de lo que pensamos.  Queremos creer, algunos hasta se esfuerzas realmente en creer y  se disponen, estudian, están  sirviendo en algún ministerio, en algún apostolado, preparándose para aumentar su fe,  pero de la vivencia ¡nada! vivimos como si no creyéramos.

Defendemos la fe con la mente, pero el corazón está vacío.

Pareciera que nos empeñamos en buscar evidencias para no creer. Que si la situación mundial actual, que si la inseguridad, que si la desesperanza, que si los demás; todo el tiempo estamos poniendo la atención en lo malo. Nos la pasamos dudando, malinterpretando los continuos mensajes de amor de Dios, con miedo.

Nos acercamos a Dios con recelo como si nos fuera a rechazar y cuando logramos vencer este sentimiento queremos que nos trate con misericordia infinita y que su justicia  implacable caiga sobre los otros. 

¿Por qué se nos nubla el pensamiento y se pervierte el sentimiento? ¿Por qué de un momento a otro olvidamos que Dios  vino a rescatarnos, que es amigo de los niños, que perdona a la adúltera, que libera del pecado,  que cura a los enfermos, que acepta a todos sin excepción, que come con pecadores,  que se la pasa haciendo el bien?

¿Por qué cuesta tanto trabajo convencer y convencernos de que Dios es una buena persona, que se puede confiar abierta y absolutamente en Él, que no nos va a fallar, que es mucho más fuerte y mejor que nosotros, que todo lo puede?

Yo nunca he oído o leído que alguien que se haya acercado a Dios lo hubiera tratado con desprecio o lo hubiera ofendido o maltratado, al contrario, todos hablan de una experiencia positiva, plena, feliz.

Primera de Juan 5
Este es el mensaje que hemos recibido de Él y que les anunciamos a ustedes: que Dios es luz y que en Él no hay tinieblas.

Entonces, ¿qué sepulcros vacíos hay en nuestras vidas? ¿Qué tinieblas dominan nuestro interior, que no dejan brillar la luz del Resucitado? ¿Cuándo amanecerá para nosotros el primer día de la semana, el domingo sin ocaso, el día del Señor?

Alégrate,

¡Jesús ha vencido a la muerte!, ¡Jesús ha resucitado! 

Pero sobre todo, ¡vívelo!

2 abr 2012

Semana Santa para todos

Seamos católicos o no, todos disfrutaremos de la Semana Santa. Curiosamente no hay nadie que alegue que no puede tomar esos días, porque no creen, porque son ateos.

La mayor parte de la gente los quiere para vacacionar, para complacerse con un merecido descanso lleno de excesos de comida, alcohol y desgaste emocional, por decirlo de algún modo, pero de Dios, ¡no quieren saber nada! Otros pocos se darán tiempo para ir a algún servicio de la iglesia, más por no dejar que por estar convencidos de lo que están haciendo; algo así como que para que Dios no se enoje con ellos, para cumplir (¿?) ¡Como si Dios necesitara algo de nosotros!

Del tiempo de mortificaciones, abstinencias, exámenes de conciencia y conversión ni hablar, ¿para qué? Ni siquiera se tiene conciencia de pecado, mucho menos arrepentimiento o ganas de cambiar.

¿Y entonces?, ¿la Semana Santa?, ¿para qué?

Es oportuno insistir en que lo verdaderamente significativo de la Semana Santa es precisamente Dios y que la importancia está puesta en lo que nos da, no en lo que creemos que nos quita.

Para poder adentrarnos en materia cabe mencionar que se necesita por lo menos tener información verídica y oportuna de lo que nos ofrece Dios y de lo que tenemos nosotros para así poder comparar y decidir. Esto es exactamente lo que se hace durante la Cuaresma. Nos informamos, tratamos de acallar los ruidos interno y externos para “escuchar mejor” e intensificar nuestra relación con Dios; luego entonces tomamos decisiones. De esta manera, damos a la cuaresma el significado real que tiene: tiempo propicio de gracia  y bendición para realizar este análisis. 

La Semana Santa es el culmen de la cuaresma, es la demostración más grande de amor que Dios tiene por sus criaturas;  pero para poder disfrutar plenamente de este amor se requiere preparación, entendimiento y aceptación.

Todavía hay tiempo, no desperdiciemos lo más por lo menos. Aprendamos a tomar decisiones convenientes, para que así, esta Pascua, el paso de Dios, no sea vivido como el recuerdo de aquello que sucedió hace más de dos mil años sino como un verdadero encuentro, como la oportunidad de que Dios se quede en tú vida.  


Juan 17, 20
No ruego solamente por ellos, sino también por los que, gracias a su palabra, creerán en mí.